LA NOTICIA – Lima, 23 de agosto de 2023
INDULTO YA
Por Antero Flores-Araoz
Nuevamente escribo sobre la necesidad
de poner en libertad a Alberto Fujimori, mediante el indulto, esto es
el perdón por los delitos que le fueron imputados, lo que no
significa inocencia, sino que se borra lo que le falta para cumplir con
la sanción impuesta.
Como he expresado en anteriores
oportunidades, cualquier gestión, especialmente la gubernamental
tiene aciertos como desaciertos, decisiones exitosas como
también erráticas y, en el devenir de la gestión
hay que ver como en cualquier balance, ¿cuál es la cifra
final? Si se escribe en azul o en rojo, pues si es en azul significa
éxito y si es en rojo fracaso. La de Fujimori está a mi
parecer en azul, como veremos más adelante.
No voy a discutir sobre la
vocación autoritaria de Alberto Fujimori, pues la he
señalado durante muchos años, pero creo que habiendo
cumplido gran parte de la pena impuesta y no con probanza de todo lo
que se le imputó, además de su avanzada edad y estado de
salud, sería generoso que sus últimos años, si
aún le quedan, los viva en libertad y rodeado de sus hijos y
nietos.
El indulto que indebidamente le fue
revocado, debería ser restituido, sea por mandato jurisdiccional
o dictándose uno nuevo, pues la generosidad no está
limitada a meter la mano al bolsillo cuando se hacen las ofrendas en la
iglesia o se colabora con obras como la de atención del
cáncer o de los discapacitados, sino también con el
perdón que es sublime y que viene para los creyentes desde la
inspiración divina.
Muchos errores, desaciertos y
también abusos le han sido achacados a Alberto Fujimori, sea con
o sin razón, pero con los años que ha pasado
detrás de rejas los ha pagado con creces, incluso con el
sufrimiento de ver a su hija mayor tres veces puesta en prisión
por los conocidos odios que aún subsisten.
Es bueno recordar que Fujimori
tomó la durísima decisión de sincerar la
economía, lo que anunció su premier Hurtado Miller con la
frase “Que Dios nos ayude”. Logró poner al
país en la ruta correcta, dando apoyo a las inversiones que
generaban trabajo y bienestar, así como tomó la
decisión de combatir frontalmente al terrorismo y, gracias a su
determinación vivimos relativamente en paz.
Algo que no se recuerda, pero hay que
rescatar en este año que se cumplen 25 años de haber
arreglado con Ecuador nuestras diferencias, es que podemos tener la
frontera terrestre norte cerrada, gracias a sus esfuerzos iniciados en
1991 con el presidente ecuatoriano Rodrigo Borja y culminados en 1998
con el presidente Jamil Mahuad y los países garantes del
Protocolo de Río de Janeiro.
No sigo pues no soy apologista de
Fujimori, pero si reclamar lo que es justo y si no fuese justo, por lo
menos generoso. Hay que ponerlo en libertad y cuanto antes mejor. No
quisiera que se cargue en las conciencias de quienes pudiendo hacer
algo por su libertad, no lo hagan, pues la culpa es una cruz muy pesada
de acarrear.